Quítate los zapatos. Los calcetines también. Siente el suelo. Siente la tierra. Date un paseo. Siempre descalzo. Está todo ahí, debajo de tus pies. En la calle. Nuestra calle. Coge un cigarro. Mira a tu chica. Enciéndeselo. Pon tu música. Más volumen. Entra dentro de ella. Cierra los ojos y piensa que la música nunca está demasiado alta. Las personas deberían poder meter sus cabezas en los amplificadores. Las sociedades deberían empezar a morir a causa de la música, por contagio total. Prepárate. Coge tu vestido preferido y tu pintalabios brillante. O ese jersey que siempre te ha gustado. Siéntete guapo. Sano. Y ahora elige el frío. Elige salir a la calle con las manos heladas. Entonces, encenderemos un fuego. El mejor que se haya visto nunca. Ahora todos sentirán el calor. Porque en nuestro mundo, el invierno es caliente.